Gobernar según el tejido de la tradición

Las costumbres y la tradición de los pueblos indígenas representan una gran riqueza de cada comunidad en la medida en que los conserve y los practique. No es solo un acumulado de conocimientos sino la fuente del sistema normativo propio de cada pueblo. Tenemos costumbres en todos los aspectos de la vida comunitaria; costumbres que se practican a lo largo de nuestra existencia, desde el nacimiento hasta la muerte. Costumbres en tejido, que abarcan el campo material y no material. Costumbres que son anteriores a la constitución y las leyes de la República.

 

Es a partir de las costumbres y la tradición de cada pueblo indígena, que las autoridades deben gobernar, es decir ejercer gobierno con el poder de la tradición. Ese es el carácter y el fundamento de las AUTORIDADES TRADICIONALES, ser guardianes de la tradición, los conocimientos y en general de todo aquello que es un bien y patrimonio de la comunidad.

 

El poder de la tradición que ejercen las autoridades tradicionales, va acompañado de elementos simbólicos o representativos que no son simples distintivos sino guía espiritual que acompaña a la autoridad. En tal sentido, la autoridad tradicional en su esencia es indelegable e intransferible. Es posible delegar tareas pero no la autoridad. En ese orden es posible acompañar a la autoridad tradicional pero no reemplazar.

 

Cualquier acompañamiento de tipo personal u organizacional, sea a nivel local, regional o nacional a los pueblos indígenas, no debe dar lugar a la usurpación del papel de la autoridad tradicional. El acompañamiento o vocería delegada debe ser parcial, temporal y vigilado, a fin de evitar choques y confusiones que desdibujen el nombre y el espíritu de la autoridad tradicional.