
En la visión (lógica) de los pueblos indígenas hemos entendido que el gobierno se manifiesta en la relación entre un orden en movimiento y un movimiento en orden. El orden existente de la naturaleza (tierra) en movimiento es la primera forma de gobierno porque su función es cuidar la Vida. Desde esta visión, la existencia humana es el primer espacio donde se debe cuidar el orden del pensamiento y comportamiento tanto individual como colectivo, según las necesidades y posibilidades en cada etapa de la existencia.
Bajo esa guía superior del orden existente, el gobierno de los pueblos indígenas se ha caracterizado y debe seguir caracterizándose por ser respetuoso de la ley de origen, donde la existencia y las dinámicas de la comunidad deben estar en armonía con el orden constitucional presente en los códigos bio-lógicos de la naturaleza (tierra).
A partir de esa pauta originaria del orden existente, los pueblos indígenas hemos entendido los principios básicos de gobierno desde la observación. Como seres humanos la existencia de cada individuo es un orden en movimiento y en efecto el auto gobierno comienza en el comportamiento del sentir-pensar y hacer desde cada persona, de manera ordenada y coordinada.
Ese comportamiento exige una vocación de responsabilidad como deber ser que se refleja en el comportamiento. Al mismo tiempo el comportamiento requiere un control y autocontrol para que sea en armonía con el orden existente. La conjugación de estos elementos básicos origina el sentido de autoridad.