Durante los pasados 25 y 26 de abril, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) adelanta una audiencia para escuchar el caso de la Nación U’wa, una de las 115 naciones milenarias de Colombia, y ha estado denunciando violaciones constantes a sus derechos durante más de 25 años y ha recurrido a la CIDH para exponer las reiteradas violaciones de las que han sido víctimas.

La Nación U’wa, hace parte del territorio ancestral de la Nación U’wa se extendió por varios departamentos en Colombia, Boyacá, Arauca y Norte de Santander, y estados en Venezuela, pero se ha reducido a lo largo de los años.

Además, sólo una parte de su territorio ha sido reconocida por el Estado como Resguardos Indígenas. Las empresas multinacionales han explorado y explotado petróleo, gas, carbón y otros minerales en el territorio ancestral U’wa sin respetar sus derechos colectivos como nación. La Nación U’wa ha defendido su cultura, su autonomía y su espiritualidad a través de la resistencia en defensa de su vida y su territorio, es de resaltar que uno de los proyectos que han generado mayores impactos es el proyecto Samoré, que se inició hace 26 años, y ha sido especialmente dañino para la Nación U’wa, lo que ha llevado a la comunidad a presentar su caso ante la CIDH. Alejandra Escobar Cortázar, coordinadora del equipo de litigio internacional del CAJAR, ha afirmado que este caso es una oportunidad para que el Estado colombiano convierta a Colombia en una potencia mundial de la vida y repare integralmente a una nación cuyos derechos han sido vulnerados durante siglos.

Por su parte la Nación U’wa ha solicitado reparaciones en cuatro áreas: medidas de restitución, medidas de satisfacción, garantías para la no repetición y medidas de compensación. Un fallo favorable de la CIDH.

Contexto Histórico

El Estado colombiano niega violaciones de derechos humanos y colectivos contra el pueblo U’wa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a pesar de las pruebas presentadas por la comunidad indígena. La Nación U’wa ha luchado durante décadas por la defensa de sus derechos, culminando en una audiencia histórica ante la CIDH. La posición del Estado contradice recientes discursos del presidente Gustavo Petro Urrego, en los que reconoció la importancia de los U’wa y destacó los riesgos de la extracción de petróleo para el futuro del planeta. Este caso pone en evidencia cómo se ha impuesto un modelo de desarrollo depredador a un pueblo indígena que se encuentra en riesgo de exterminio físico y cultural. La visión de desarrollo del pueblo U’wa es vivir en armonía.

Proteger su territorio es su principal objetivo, ya que es un espacio sagrado, un ser vivo con espíritu propio que aporta armonía y equilibrio; sin embargo, el Estado colombiano no ha reconocido sus derechos de propiedad colectiva sobre su territorio ancestral ni garantizado sus derechos territoriales.

En cambio, ha otorgado contratos de concesión para la exploración y explotación de petróleo, carbón y otros minerales, poniendo en riesgo la vida de los U’wa. La línea de tiempo a continuación relata su lucha por su territorio y los efectos que han experimentado a lo largo de los años:

La comunidad indígena U’wa lucha desde hace más de 20 años contra diversas empresas petroleras que explotan hidrocarburos en su territorio ancestral. Tienen una población de 7.581 personas según el censo del DANE de 2005. Proteger su territorio es su principal objetivo, ya que es un espacio sagrado, un ser vivo con espíritu propio que aporta armonía y equilibrio. Sin embargo, el Estado colombiano no ha reconocido sus derechos de propiedad colectiva sobre su territorio ancestral ni garantizado sus derechos territoriales. En cambio, ha otorgado contratos de concesión para la exploración y explotación de petróleo, carbón y otros minerales, poniendo en riesgo la vida de los U’wa. La línea de tiempo a continuación relata su lucha por su territorio y los efectos que han experimentado a lo largo de los años:

En 1995, el Estado colombiano otorgó a Occidental Petroleum Corporation (OXY), una multinacional estadounidense de exploración y producción de petróleo, la primera licencia para realizar estudios sísmicos en el bloque Samoré. Los U’wa presentaron una acción de tutela contra el Ministerio del Ambiente de Colombia y OXY por otorgar una licencia ambiental para estudios sísmicos en la zona de Samoré sin consultar a los U’wa.

En 1995, ganaron la atención internacional con su campaña contra Occidental Petroleum.

En 1997, la Corte Constitucional dictaminó que no se había garantizado el derecho a la consulta previa, violando las disposiciones del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Constitución colombiana. La Corte ordenó que la consulta se realizara en un plazo de 30 días, pero nunca se llevó a cabo.

En el mismo año, debido al incumplimiento de la orden de consulta previa, los U’wa, con la ayuda de otras organizaciones colombianas e internacionales, presentaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contra Samoré. concesión de licencia y la falta de consulta previa.

En 1998, OXY solicitó una nueva licencia de exploración en un área conocida como Gibraltar. Sin embargo, la resolución que creó la Reserva U’wa Unida no incluyó el área de perforación de Gibraltar, ignorando todo el territorio ancestral de los U’wa.

En 2000, el estado colombiano y las fuerzas armadas bloquearon el acceso a alimentos, agua y otras necesidades para obligar a los U’wa a salir del área de Gibraltar marcada para la perforación. Los U’wa interpusieron otra acción de tutela contra el Ministerio de Medio Ambiente y OXY, oponiéndose a la licencia ambiental que permitía la perforación exploratoria de Gibraltar, ya que violaba el derecho a la consulta previa de la Nación U’wa. Esta acción detuvo temporalmente la perforación.

Posteriormente, esta decisión fue revocada por la Corte Superior de Bogotá y OXY se comprometió a reanudar la construcción. Los U’wa apelaron la decisión ante la Corte Constitucional, pero se negó a conocer el caso.

En 2001, los U’wa interpusieron una acción de nulidad contra la Resolución 80851, por la cual el Ministerio de Minas reservó un área alrededor del bloque Gibraltar 1 para el uso exclusivo de exploración de hidrocarburos a favor de OXY.

En 2002, OXY se retiró del bloque Samoré y la concesión fue transferida a Ecopetrol, quien redefinió los límites del bloque Samoré y lo separó en los bloques Siriri y Catleya, y en 2003, Ecopetrol solicitó el inicio de la consulta previa para los bloques Sirirí y Catleya.

El pueblo indígena, su principal objetivo es proteger su tierra sagrada, que es un ser vivo con espíritu propio que proporciona armonía y equilibrio. Los U’wa creen que todo en su territorio tiene sangre, que representa la fuerza vital de la madre tierra que corre por las venas de los árboles, plantas y animales. Aunque han luchado por proteger sus recursos naturales, el gobierno colombiano no les ha reconocido los derechos de propiedad colectiva sobre su territorio ancestral, ni les ha garantizado derechos territoriales. En cambio, el gobierno ha otorgado contratos de concesión para la exploración y explotación de petróleo, carbón y otros minerales que ponen al pueblo U’wa’ s vidas en peligro.

En 2006, Ecopetrol ganó un fallo que permitió que las reuniones fueran suficientes para la consulta previa para los bloques Sirirí y Catleya. En 2007 se otorgó una concesión minera de carbón en territorio U’wa y en 2009 un batallón militar ocupó y destruyó un sitio sagrado. Ecopetrol obtuvo licencia ambiental para la construcción del gasoducto Gibraltar. En 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció su competencia sobre la petición de la Nación U’wa contra Colombia, y en 2019, la Comisión encontró a Colombia responsable de violaciones de derechos humanos contra los U’wa bajo la Convención Americana. En 2020, el caso fue enviado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y en 2023, el pueblo indígena ha estado en una larga batalla legal con el gobierno colombiano y las empresas multinacionales por su derecho a sus tierras ancestrales y recursos naturales.

En 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encontró a Colombia responsable de violaciones de los derechos U’wa bajo la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El caso ya fue remitido a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que celebrará una audiencia los días 25 y 26 de abril de 2023. Los U’wa estarán representados por la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) y expertos que proporcionar evidencia del daño continuo sufrido por el pueblo U’wa.

Luego de una espera de más de 25 años, el tribunal internacional, compuesto por juezas y jueces de la Corte IDH, prepara la sentencia, en la que nuestros pueblos indígenas esperan noticias favorables en respuesta a las reiteradas violaciones de las que han sido víctimas para ser reparados ante la justicia internacional, en los cuales están cuatro componentes como medidas de restitución, medidas de satisfacción, garantías para la no repetición, y medidas de compensación por la violación a sus derechos territoriales y culturales.

Desde Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia – Gobierno Mayor, extendemos nuestra admiración a la Nación U’wa por éste importante logro en materia de Derechos Humanos, por lo que continuaremos brindando apoyo en su lucha y confiamos en que éste sea un primer paso significativo hacia un futuro en el que los 115 pueblos indígenas de nuestro país puedan convivir pacíficamente y en armonía con la Madre Tierra, sin temor a amenazas externas.